martes, 21 de julio de 2009


EL CONCIERTO MALDITO TAKE THREE


http://www.goear.com/listen/bcd9c12/66-el-concierto-maldito-take-three-polaris


SÁBADO 11 DE JULIO DE 2009

Dos locos a la carrera aterrizan en Alicante a las 16:30. Los conciertos ya han empezado y nosotros aún estamos a 538 Km. del escenario. Nuestro plan es alquilar un coche tirar de autopista hasta Barcelona. Calculábamos unas 3 horas de viaje, con lo cual llegaríamos sobre las 7 y media de la tarde, y aún veríamos a los cabezas de cartel. Así que buscamos en el aeropuerto empresas de alquiler de coches. Y encontramos, como un nido de grillos, ahí todas juntas, un enjambre. Así que buscamos Hertz, la que nos había dado el presupuesto de 200 pavos. Hacemos colita y… ¡nos toca! Le preguntamos si podemos alquilar un coche. Y nos pregunta, ¿Tenéis reserva? (huy…) Pues no. En verano sólo alquilamos coches con reserva. (No sé si era una coña de la vida, pero el tío era idéntico al recepcionista del hotel de “Miedo y asco en Las Vegas” que le dice al poli que no hay habitaciones sin reserva, y su actitud de recochineo al decir que no había coches era la misma) No puede ser, en Santiago nos dijeron que podíamos alquilar un coche. Me cago en la chorva… ¿Por qué no se habrá asegurado? (“Lie, lie, lie, lie, lie, lie, lie, lieeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeeee” Leper Mesiah. Metallica). Nos ponemos a preguntar en todo el enjambre de empresas si alquilan coche sin reserva previa. El nido de grillos era de serpientes. Nos dicen que en el aparcamiento del aeropuerto también alquilan. Miramos fuera del aeropuerto también, pero está todo bajo reserva. ¡Mierda! Julián me dice: “Bueno, vaya vacaciones nos vamos a pegar en Alicante hasta el martes”. Y yo: ¿Pero te vas a rendir ahora? Tenemos que pensar en algo. Nos acercamos a los taxis y le preguntamos a un taxista cuánto nos cobraría por llevarnos a Barcelona. 522 €. No. Se nos ocurre que quizás la chorva hiciera una reserva a nuestro nombre desde Santiago. Así que volvemos a Hertz. Preguntamos si hay reserva a nuestro nombre, y el tío mira, pero no. No hay. Entonces yo le digo: ¿Sólo alquilan coches con reserva? El: Si. Yo: Pues quería hacer una reserva. El: ¿Para qué día? Yo: Pues para hoy. (El tío me mira con cara de “¿pero tú estas de cachondeo o que?) Bueno, tenía que intentarlo. El día más cerca para coches disponibles era el día 23. Bueno, habrá que pensar en otra cosa. Vamos corriendo por el aeropuerto hasta información. Ahí preguntamos si hay alguna forma de estar en Barcelona esa tarde. La tía consulta las listas, vuelve y me dice extrañada: ¡No hay vuelos a Barcelona! Y yo: Ya, ¿y por cualquier otro medio? Hay chico, eso tienes que preguntar en la oficina de información turística. Total, que otra vez a correr, y llegamos a la oficinita. Le decimos que debemos estar lo antes posible en Barcelona, y nos mira por Internet, para decirnos lo que ya sabía desde que mirara yo en Santiago. Sólo tenía la esperanza de estar equivocado y que hubiera una opción mejor. Ahora la única opción no sólo de llegar a Barcelona, sino también de volver a Galicia (no teníamos dinero para volver en transporte público) era el anteriormente desechado tren de las 18:20. Pero para eso teníamos que llegar a la estación de tren de Alicante y aún estábamos en el aeropuerto. Le preguntamos a la tía cómo hacer y nos dice que hay un bus que nos deja cerca de la estación de tren que sale a las 17:40. También nos deja un mapa con dónde nos deja el bus, y dónde está la estación, qué maja. Son las 17:30 así que toca volver a correr. Las pasamos putas para encontrar el bus a Alicante entre tanto bus allí. Por fortuna lo conseguimos, sino, aún estaríamos prostituyéndonos en callejones oscuros de la costa blanca. Ese bus era un momento de respiro y de esperanza. Sabíamos que en cuanto bajáramos de ese bus tendríamos que darlo todo corriendo para llegar a tiempo de pillar ese tren. Ese tren… La gloria o la muerte. (“War without end” No Remorse. Metallica) Llega el bus, y empezamos a correr (¡Como me gusta correr!) la carrera de nuestra vida hasta la estación de tren. Nada más entrar vamos a comprar los billetes. ¡50 pavos! Conformes y corremos hasta el tren al que nada más subir, y ahora si, nos relajamos, pues nos esperaban 5 horas de viaje, y para celebrarlo, unas cervecitas. No pillamos nada de comer, porque los bocatas estaban a 6 euros. Así que ya comeríamos algo al llegar a Barcelona. Nos relajamos, dormimos, vimos pasar estaciones como Valencia, Benicassim, Castellón, Tarragona… Ya quedaba poco y al salir del tren, tocaría otra vez correr, porque entonces sí, habría que coger un taxi y cruzar los dedos. ¿Podría salirnos algo bien ese día?

¿Continuará?