PREJUDICE
http://www.goear.com/listen.php?v=c8f3e8f
- "Have you ever danced SWAN LAKE in the swan Lake?"
- "Well, there are bad days"
Some days you see everything black, and the next day you see all white. In short, everything depends on the mood with what you face it... our perception of things is so highly subjective and subject to bias that the theory of relativity becomes Titanic. We have put so many different coloured lenses, that I seriously doubt we've ever seen the reality around us as it is.
It’s a long time I don’t seriously say that I do not like anything. The tastes are as malleable as the perception you have of things. And experience taught me that again and again.
When I was 11 I was a real expert on classical music, with loads of music in great interpretations. However, I was unable to listen to modern music, which I looked at with hatred and intransigence. Popular music was so simple, so bland… used to movements of symphonies so well wooded and harmonically complex, I looked at the songs of 2, 3, 4 minutes like a silly thing that anyone could do, furthermore it made my ears bleed, I was unable to hear it even if I wanted to. I remember that of all my sister’s vinyls I was only able to hear the beginning of Innuendo, and because it was a drum roll... the rest of the album was unbearable to me and had to run to the other room to lift the needle and stop that hell. Such a bizarre and incoherent music... it hurt. I could not hear anything that takes electric guitar and drums.
Later I realized that my musical tastes distanced me from my classmates, who got along talking about Queen, Guns'n'Roses and Metallica, that was what everybody was listening to by that time, and I remember myself thinking: "How the hell can they like it? I don’t get it. What do they see on it?" In an effort to integrate and also out of curiosity, I asked a mate for a tape of Queen. It was a compilation of all the greatest hits of their career. At the first listening it seemed to me all the songs the same, and still could not find an explanation, but I insisted. Suddenly, when I had a few, it seemed as if I open my mind and ears, because overnight I found a wonderful music I loved. How could it be? Maybe my brain cells had not achieved so far to organize so much noise and find logic. But it marked a before and after, not only because it proved that I was wrong, but because I opened the door to assess the current music in perspective. The next phase was when I borrowed the Master of Puppets by Metallica, which seemed unsmokable to me although I was hearing many styles by that time. But thanks to my previous experiences I insisted until I turned on the light and consider it one of the greatest masterpieces I've heard in my life. And for that post were falling rock, hard rock, punk, folk, hardcore, grunge, pop, electronic, techno, trash, dance, house, trance, death, gothic, black metal, in short, all music in its widest range, that fascinated me in an enhanced form.
The final barrier to the full opening of my mind was Björk. Despite joyfully listening to all styles of music, could not stand his voice, and could not help but change the TV channel when she was on and wait for the next video. Until I arrived to La Coruña and had the misfortune (luck) of sharing a flat with Björk fans that put that all the time. How it had happened so many times there was a time that I started to love it, to be one of my favourites and idolize her as a genius of our time. After this story was clear to me that I would never seriously say I don’t like something. Not only in music, but in every facet of life. Until getting fond of almost anything you can think of. Because, if someone likes it, you may like it too, you just have to find a sense. And the surprise, with a fully open and unprejudiced mind, can be capital.
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PREJUICIOS
http://www.goear.com/listen.php?v=c8f3e8f
- “¿Has bailado EL LAGO DE LOS CISNES en el lago de los cisnes?”
- “Bueno, hay días malos”
Hay días que lo ves todo negro, y al día siguiente lo ves todo blanco, y hay DIAs a los que vas a comprar por no ir al Eroski. En fin, todo depende tanto del estado de ánimo con lo que lo afrontas… nuestra percepción de las cosas es tan sumamente subjetiva, y sujeta a los prejuicios que la teoría de la relatividad se hace Titánica. Tenemos puestas tantas lentes de colores diferentes, que dudo mucho que alguna vez hayamos visto la realidad que nos rodea tal cual es.
Hace mucho que no digo en serio que algo no me gusta. Los gustos son tan moldeables como la percepción que tienes de las cosas. Y la experiencia me lo enseñó una y otra vez.
Con 11 años era un auténtico experto en música clásica, con muchísima música en estupendas versiones. Sin embargo, era incapaz de escuchar la música moderna, a la que veía con odio e intransigencia. La música popular era tan simple, tan insulsa, acostumbrado a movimientos de sinfonías tan bien arbolados y complejos armónicamente, veía las canciones de 2, 3, 4 minutos como una tontería que cualquiera podía hacer, pero aparte de eso me hacía sangrar los oídos, era incapaz de escucharla aunque me lo propusiera. Recuerdo que de los vinilos de mi hermana sólo era capaz de escuchar el comienzo de Innuendo, y porque era un redoble de caja… el resto del disco se me hacia insoportable y tenía que ir corriendo a la otra habitación para levantar la aguja y parar aquel infierno. Una música tan estrambótica e incoherente… me dolía. Era incapaz de escuchar nada que llevara guitarra eléctrica y batería.
Más adelante me di cuenta de que mis gustos musicales me distanciaban de mis compañeros de clase, que hacían migas hablando de Queen, Guns’n’Roses y Metallica, que era lo que se escuchaba entonces, y recuerdo pensar, “¿Cómo coño puede gustarles eso? No lo entiendo. ¿Qué le ven?” En un esfuerzo por integrarme y también por curiosidad, le pedí una cinta de Queen a un compañero. Era un recopilatorio de todos los grandes éxitos de su carrera. Las primeras escuchas me parecían todas las canciones iguales, y seguía sin encontrar una explicación, pero insistí. De repente, cuando ya llevaba unas cuantas, parecía como si se me abriera la mente y las orejas, porque de un día para otro me pareció una música maravillosa que me encantaba. ¿Cómo podía ser? Quizás mis neuronas no habían conseguido hasta el momento organizar tanto ruido y encontrarle una lógica. Pero supuso un antes y un después, no solo porque demostraba que yo estaba equivocado, sino porque me abrió las puertas a valorar la música actual en su justa medida. La siguiente fase fue cuando me prestaron el Master of Puppets de Metallica, que me parecía infumable aunque ya escuchaba muchos estilos, pero gracias a mis experiencias anteriores insistí hasta que se me encendió la bombilla y considerarlo una de las obras maestras más grandes que he escuchado en mi vida, y por ese palo fueron cayendo el rock, heavy, punk, folk, harcore, grunge, pop, electrónica, tecno, trash, dance, house, trance, death, gothic, black metal, en fin, toda la música en su más amplia gama, que me fascinaba de una forma exacerbada.
La barrera final para la completa apertura de mi mente la supuso Bjork, a pesar de escuchar con gozo todos los estilos de música, no soportaba su voz, y no podía evitar cambiar de canal al momento y esperar a que pusieran el video siguiente. Hasta que llegué a Coruña y tuve la desgracia (suerte) de compartir piso con fanáticos de Bjork que la ponían a todas horas. Cómo me había pasado tantas veces hubo un momento que me empezó a encantar, hasta hacerse una de mis favoritas e idolatrarla como una genio de nuestra época. Después de toda esta historia estaba claro que nunca más podría decir en serio que algo no me gustaba. No solo en la música, sino en cualquier faceta de la vida. Hasta aficionarme a casi cualquier cosa que se os pueda ocurrir. Porque, si le gusta a alguien, te puede gustar a ti, sólo tienes que darle un sentido. Y la sorpresa, con una mente totalmente abierta y sin prejuicios, puede ser mayúscula.
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