lunes, 13 de octubre de 2014



BLACKSWAN


http://www.goear.com/listen.php?v=83a80cc

- "Ring Ring ------ Riiiiiiiiing, Riiiiiiiiing"
- "Say melon?”
- "Melon"
- Hello Xurxo!!!
- Hello man, what did I want to say, ¿Do you fancy to come to Santiago?
- When?
- Today...
- Ok!!! I'll take the first bus.
- ... … are you talking serious? Are you really going to come?
- Of course!!! That’s why you’re calling me right?
- I didn’t think you would do it, nobody jumps into adventure like that at the very moment, more likely I expected an excuse… like “I will go in another occasion”...
- Look, you want me to go or not.
- Of course! (You're awesome)
- Well, in a couple of hours I'm there.

When Roberto located Xurxo’s house would be 6pm. It was the first time he went to Santiago, and also to the Xurxo’s safe house. And you know, typical, he rings, says something hilarious by entry phone, opens the door, takes the elevator, knocks your door and enters. It calls his attention the ton of unwashed crockery in the kitchen on the way to his friend’s safe room. But just as he gets there, he collapses to bed.

- Damn, don’t tell me you’re coming just for sleeping.
- I don’t know man, it's the sun, it drains my energy away. I can hardly move.
- Yeah, it happens when you smoke too many joints...
- But you know I do not smoke. What do you want to do?
- We can go to cinema to watch Matrix as soon as Jano arrives (Jano was his German friend) and after going out and party.
- Xurxo, seems a helluva plan.

That the sun will drain his energy away was not kidding, the next following hours Roberto crawled as reptile through the streets of Santiago, with his eyes almost shut. They meet Jano somewhere, and enter the cinema. After 10 minutes of film Roberto was dreaming of angels, and only opened his eyes from time to time to discover that he had lost important information to know what is happening on the film. Leaving the cinema, and as the sun was setting, a gradual transformation was taking place. Where until then there was a tired and weak body, now there was a bundle of energy and nerves.

- Roberto! Stop a little bit, now it’s me who’s tired. (In disbelief)
- (Roberto was running and jumping from one place to another, like a 9 year old boy in an amusement park) I told you it was the sun, draining my strength... Let's go clubbing!!!

The astonished Xurxo’s face to a plethoric Roberto was a poem, he couldn’t understand how in the gloom of dusk, his friend could resurrect. But Roberto's relationship with the darkness was more than just a matter of taste. It was his natural habitat. Since birth, his moments of high inspiration and energy were at sunset. Never needed to turn the lights on to move, in the dark he could move even better than with light. Moreover, there was a sort of secret lust, an inexplicable attraction in the shadows, which filled him with enthusiasm. The shadows made him their ally when he wanted to go or mislead anyone, no one could chase him... at least until Alex showed up and showed him that he was the only one who could trace him, but that's another story. On the contrary, he hated the clear summer days, because according to him, the sun will drain his strength away.

- Dude, you're a vampire!
- Yes, of course.

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BLACKSWAN

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- “Ring, Riiiiiiiiing------Ring, Riiiiiiiiing”
- “¿Digamelón?
- “¡Melón!”
- ¡¡¡Hola Xurxo!!!
- Buenas tío, qué che ía decir eu, ¿apetéceche vir a Santiago?
- ¿Cuándo?
- Hoxe…
- ¡¡¡Vale!!! Cogeré el primer autobús.
- … … ¿Dícelo en serio? ¿En serio vas vir?
- ¡¡¡Claro!!! Para eso me llamas ¿no?
- E que non pensei que colara, naide se lanza así a aventura no momento, mais ven esperaba unha excusa… en plan xa irei noutra ocasión…
- Pero a ver, quieres que vaya o no.
- ¡Claro! (Eres a ostia)
- Bueno, pues en un par de horas estoy ahí.

Cuando Roberto localizó la casa de Xurxo serían las 6 de la tarde. Era la primera vez que iba a Santiago, y también al piso franco de Xurxo. Y ya sabéis, lo típico, timbra, dice alguna parida por el portero automático, abre la puerta, coge el ascensor, llama a la puerta, y entra. Le llama la atención la tonelada de cacharrada sin fregar de la cocina, de camino a la habitación franca de su amigo. Pero nada más llegar se derrumba en la cama.

- Joder, non me digas que ves só para durmir.
- No sé tío, es el sol, me drena la energía. No me puedo casi ni mover.
- Xa, é o que ten fumar tantos porros…
- Pero si sabes que no fumo. ¿Qué quieres hacer?
- Podemos ir ó cine a ver Matrix en canto chegue Jano, (Jano era su amigo alemán) e logo sair de Juerga por ahí.
- Xurxo, me parece un plan cojonudo.

Lo de que el sol le drenaba la energía no era broma, las horas siguientes Roberto se arrastraba cual reptil por las calles de Santiago, con los ojos casi cerrados. Se reúnen con Jano en algún lugar, y entran en el cine. A los 10 minutos de película Roberto ya soñaba con los angelitos, y solo abría los ojos de vez en cuando para descubrir que se había perdido información fundamental para enterarse de algo. A la salida del cine, y a medida que el sol se iba poniendo, una paulatina transformación iba tomando lugar. Dónde hasta ahora había un cuerpo cansado y sin fuerzas, ahora había un manojo de energía y nervios.

- ¡Roberto! Para un pouco, que ahora o cansado son eu. (con cara de incredulidad)
- (Roberto no paraba de correr y saltar de un lado para otro, cual niño de 9 años en un parque de atracciones) Ya te dije que era el sol, que me drenaba las fuerzas… ¡¡¡¡Vámonos de juerga!!!

La cara de asombro de Xurxo ante un Roberto pletórico era un poema, no podía comprender como en la penumbra del atardecer, su amigo pudiera resucitar. Pero es que la relación de Roberto con la oscuridad era más que una cuestión de gustos. Era su hábitat natural. Desde que nació, sus momentos de máxima inspiración, y energía eran al atardecer. Nunca necesitaba encender las luces para moverse, en la oscuridad se movía incluso mejor que con luz. Es más, había una especie de lujuria secreta, una inexplicable atracción en las sombras, que lo llenaban de entusiasmo. Las sombras le hacían su aliado cuando quería desaparecer, o despistar a alguien, nadie podía perseguirle… al menos hasta que apareció Alex y le demostró que era el único al que no podía despistar, pero esa es otra historia. Por el contrario, odiaba los días claros de verano, porque según él, el sol le drenaba las fuerzas.

- Tío, ¡Eres un vampiro!
- Si, claro.

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